Por: Carlos Antonio González Palma
Los bosques actualmente ocupan aproximadamente el 31% de la superficie terrestre de la Tierra. Estos abarcan casi dos tercios de la superficie de México y comprenden una gran variedad de paisajes y de comunidades vegetales, que albergan entre el 10 -12% de la diversidad biológica mundial, siendo que se calcula que la flora nacional se compone de entre 26,000 y 30,000 especies de plantas superiores, lo que hace de nuestro país uno de los más florísticamente ricos del mundo, junto a Brasil, Colombia, China e Indonesia.
Bosque de pino
Sin embargo, hoy en día se han degradado o fragmentado entre el 15-46% de estos biomas, siendo, las causas principales el crecimiento poblacional y el desarrollo industrial/urbano, ya que provocan el cambio de uso de suelo para establecer zonas de cultivo, pastizales para ganadería, el crecimiento de poblados, ciudades o vías de comunicación.
Casas entre huizaches, huizaches entre casas.
Hoy en día existe un mayor interés en valorar a los ecosistemas desde los ámbitos, ambiental, social y económico, ya que, desde finales de la década de 1960, se ha hecho ampliamente notoria la dependencia de las sociedades humanas sobre los bosques, ya que estos proporcionan servicios ecosistémicos vitales para el funcionamiento de la humanidad. Entre los que se pueden mencionar: el refugio de biodiversidad, el germoplasma, los valores estéticos y filosóficos, la contribución a ciclos básicos (agua, carbono y otros nutrientes), la conservación de suelos, entre otros.
Los bosques almacenan grandes cantidades de carbono “secuestrado” de la atmósfera, dentro de su biomasa en crecimiento, por lo cual, desde una perspectiva atmosférica, la eliminación de CO2 mediante secuestro es equivalente a la reducción de emisiones, por lo que evitar las deforestaciones, el aumentar las reforestaciones y mejorar el manejo forestal, son herramientas importantes para la política climática, ya que son una opción de mitigación a bajo costo que además fomenta la conservación y el desarrollo. La necesidad de tomar medidas para disminuir las emisiones de carbono fue reconocida en el Acuerdo de París y regulada bajo diferentes esquemas nacionales. Actualmente, la mayoría de los proyectos de compensación de carbono se han incorporado en diferentes sistemas de voluntarios, siendo el más exitoso, el programa Reducción de emisiones de la deforestación y la degradación forestal (REDD+), que fue creado por las Naciones Unidas en 2008.
A nivel nacional existen programas de pago por servicios ambientales, en donde propietarios de tierras rurales en áreas con alto riesgo de deforestación reciben incentivos para llevar a cabo planes de gestión para preservar la cubierta vegetal existente. Desde la sociedad civil mexicana se han impulsado igualmente diversas iniciativas para la conservación de los bosques, siendo las más conocidas las de organizaciones como Pronatura o Reforestamos.
No obstante, en el Norte del Estado de México, destaca el caso de Ecopil Arte Crea Conciencia A.C., con su Programa Nacional de Bosques y Especies, una iniciativa que nace en el año de 2014 como una respuesta a la perdida de los ecosistemas forestales de la región, que ha evolucionado de tener una incidencia local a implementar su modelo de innovación social en 7 estados de la república mexicana.
Equipo Ecopil, los chinicuiles y Voluntariado corporativo
Este programa contempla actividades de diagnóstico ambiental, participación social, monitoreo de diversidad, mejoramiento de entornos, restauración de ecosistemas, propagación de especies nativas, formación de líderes ambientales, e incidencia en la política públicas, entre otras cosas. Haciendo que los efectos de las acciones realizadas dentro del programa se extiendan de manera integral dentro de las comunidades.
Unas de las maneras en que esta iniciativa involucra a las comunidades, es mediante la inclusión de voluntarios, una práctica que no puede ser implementada de forma segura actualmente por la pandemia por el virus Sars-Cov 2 que aqueja a nuestro día a día.
Es por eso que, se han buscado alternativas de participación, como la campaña #AdoptaUnAgave una campaña que busca la participación ciudadana para la creación de una cadena de valor alrededor del maguey, una planta polifacética, muy importante para el desarrollo de la agricultura en todo el altiplano mexicano.
Con #AdoptaUnAgave un pequeño donativo tuyo, puede hacer la diferencia, ya que tu contribución será utilizada en el establecimiento de un proyecto agroforestal, que tendrá como objetivo la obtención de productos derivados del maguey y la mitigación de emisiones de carbono atmosférico.
Siendo que, el maguey fue importante para nuestros antepasados, este aún puede ayudarnos a alcanzar la sostenibilidad ecológica y frenar los efectos del cambio climático global, así que desde Ecopil Arte Crea Conciencia A.C. te invitamos a apoyarnos en esta iniciativa, ya que, si te sumas, podremos multiplicar esfuerzos y restarle al cambio climático.
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