El crecimiento incontrolado de población, la mancha urbana, la explotación de recursos y todas las actividades que hemos y seguimos realizando de manera inconsciente, han generado que el porcentaje de agua que tenemos para vivir disminuya drásticamente en pocos años.
Como sabemos, el agua es vital para sobrevivir, para cualquier ser vivo que habite la tierra. Si nos quedamos sin agua, morimos. De hecho, se ha comprobado que podemos vivir sin comer aproximadamente entre 45 y 60 días, sin embargo, si no tomamos agua nuestro cuerpo no dura más de 6 días… ¿tienes ahora una idea más clara del valor que tiene el agua?
Aquí es cuando hablamos de los humedales artificiales, esta “nueva” alternativa para tratar el agua, y así lograr que sea para nuestro consumo. Vamos a comenzar con lo que es un humedal natural: es una zona que se encuentra permanente o constantemente inundada, pero es regulada por factores climáticos y en una constante interrelación con los seres vivos que la habitan. Es decir, todos los pantanos, lagos, ríos y extensiones de agua marina en las que su profundidad no exceda los 6 metros, son considerados humedales naturales.
Ahora bien, teniendo esto en cuenta, lo que cambia en un humedal artificial es que es creado por el hombre. Sin embargo, cumple la misma función y tiene la misma calidad en sus resultados. Gracias a las investigaciones de la Dra. Käthe Seidel en los años 50, y gracias a los numerosos experimentos que realizó con el objetivo de mejorar la calidad de las aguas en los canales navegables, llegamos a los humedales artificiales. Sin embargo, no fue hasta los años 60 que sus ensayos se intensificaron y se centró en el cultivo de distintas macrófitas en bancales de ensayo poco profundos, a este método le llamó “método hidrobiológico”.
Los humedales tienen ciertas funciones: eliminan los sólidos en suspensión, la materia orgánica, el nitrógeno, el fósforo y hasta los patógenos que se encuentran en el agua. Y así como existen naturales y artificiales, hay una gran variedad de humedales artificiales.
Humedales de flujo libre o superficial: el agua circula continuamente sobre el sustrato, este tipo de humedales se utiliza principalmente para tratar efluentes de tratamientos secundarios y restaurar ecosistemas acuáticos.
Humedales de flujo subsuperficial: el agua circula a través del sustrato.
Humedales de flujo subsuperficial vertical: el agua circula verticalmente a través del sustrato de manera intermitente.
Humedales de flujo subsuperficial horizontal: el agua circula horizontalmente a través del sustrato de manera intermitente.
Ahora, ¿puedes imaginarte en que ámbitos se aplican estos sistemas? Los humedales artificiales se utilizan para tratar aguas residuales de uso doméstico o municipal (casas, hoteles, escuelas, etc), aguas de origen industrial (destilerías, refinerías, mataderos, etc), aguas residuales de origen alimentario (producción de leche y queso, azúcar, conservas, etc), y aguas residuales de psicifactorías.
Los humedales tanto naturales como artificiales, son una gran opción para el tratamiento del agua. Claro esta, que, debemos de cambiar radicalmente nuestro estilo de vida si queremos ayudar al planeta a conservar su belleza y todo lo que nos brinda, sin embargo, los humedales han hecho un gran trabajo y han sido una gran herramienta para tratar el agua en distintos países europeos, como España y Barcelona.
Comments